Psicosis es, el conjunto de trastornos mentales que
pueden obedecer a causas tanto psíquicas como orgánicas. Algunas de sus características son un
trastorno grave del sentido de la realidad, delirios, alucinaciones, desórdenes
de la personalidad y de los estados de ánimo, así como alteraciones de juicio y
trastornos de pensamiento. Entre las psicosis más
comunes encontramos la esquizofrenia,
la paranoia y el trastorno bipolar.
Para el
psicoanalista Sigmund Freud,
la psicosis obedece a
causas externas, es decir, es provocada por un conflicto entre el Yo y el mundo
exterior, que desencadena en el individuo delirios que constituyen la
reconstrucción de la parte de la realidad que resultó dolorosa para el sujeto.
En este sentido, la psicosis para Freud supone una pérdida de la realidad.
*La psicosis infantil.- es
aquella que afecta a niños desde una edad muy temprana, hasta los doce años. Su
aparición puede ser precoz, antes de los seis años, como ocurre en los casos de
autismo, Asperger, Rett, trastorno desintegrativo infantil y trastorno
generalizado del desarrollo. Asimismo, puede presentarse de manera más tardía,
entre los seis y doce años.
Algunos factores
que pueden anunciar la aparición de psicosis
en la infancia son manifiestas dificultades de aprendizaje, así
como problemas de comportamiento y de tipo afectivo.
La psicosis infantil se
caracteriza por que el niño tiene problemas para distinguir entre la realidad
interna y la externa (alucinaciones, delirios), excesiva ansiedad, conductas
obsesivas y fóbicas, resistencia al cambio, experiencias perceptivas
deficientes, pérdida del lenguaje o problemas para adquirirlo, trastornos en el
comportamiento motor (torpeza en los movimientos), conductas agresivas,
depresiones, y puede venir acompañada de desórdenes en el sueño, en la
alimentación, así como una manifiesta necesidad de aislamiento. Todo esto,
desde luego, afecta severamente el desarrollo y la personalidad del niño.
*Psicosis orgánica.-
Bajo el concepto de psicosis
orgánica se agrupa un conjunto de anormalidades psicológicas y
conductuales que obedecen a una
alteración de la estructura o de la función del cerebro, y que pueden
manifestarse de manera temporal o permanente. En este sentido, cuando no
existen causas psiquiátricas evidenciadas, se opta por considerar que puede
tener un origen orgánico. En estos casos,
se consideran lesiones o enfermedades orgánicas, como traumatismos, infecciones
o tumores como posibles motivos de psicosis
orgánicas. Asimismo, el abuso de drogas o alcohol se considera que es un
potencial detonante de esta psicopatología.
*Psicosis puerperal.- Como psicosis puerperal se conoce
el trastorno psíquico que se presenta en mujeres que han dado recientemente a
luz, y que puede presentarse horas o, incluso, semanas después del parto. Se
debe a múltiples factores que van desde el estrés asociado al alumbramiento,
hasta trastornos fisiológicos o psicológicos, todo lo cual puede propiciar una
desorganización psíquica. Se caracteriza por una pérdida generalizada de la
relación con la realidad, la irrupción de delirios y alucinaciones vinculadas
con el bebé, así como por trastornos en el lenguaje y en el comportamiento
(desorden o catatonia). Conductas asociadas a la psicosis
puerperal son también los cambios repentinos de humor, la ansiedad,
así como las alteraciones motoras y desórdenes en el sueño.
* Psicosis
maniaco-depresiva.- La psicosis maniaco-depresiva,
actualmente redefinida como trastorno
bipolar, es un trastorno
de los estados de ánimo que se caracteriza por accesos maniáticos, donde el
individuo experimenta explosiones de euforia, animosidad y energía, o, al
contrario, episodios depresivos, donde cae
en un profundo estado de tristeza y minusvalía, los cuales pueden alternarse o
sucederse. Quienes padecen psicosis
maniaco -depresiva suelen oscilar entre uno y otro estado de ánimo,
y experimentarlos con una gran intensidad.
*Psicosis senil.- La psicosis senil es un
trastorno psíquico que afecta a las personas de la tercera edad. Se debe, por
lo general, a alteraciones orgánicas vinculadas al proceso de envejecimiento.
Se caracteriza por una manifiesta pérdida de la relación con la realidad,
trastornos del pensamiento abstracto y en el juicio, deterioro de la memoria,
modificaciones de la personalidad, así como fases de confusión, desconfianza e
irritabilidad. Como tal, afecta significativamente el desenvolvimiento normal
del individuo, sus relaciones sociales y capacidades laborales.
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