Nuestra
alma elige a nuestros padres y las circunstancias de nuestro nacimiento y
crecimiento por razones aunque desconocidas, si muy precisas. Venimos a
experimentar una serie de vivencias para sanar una serie de heridas, y sin
integrar la personalidad con el alma.
Venimos
a aprender a aceptar y amar incondicionalmente pero es una parte que queda en
la tosquedad y llena de muchos temores.
Inconscientemente
somos atraídos a padres con heridas como las nuestras para recordarnos que
hemos venido a Amar. .Al aprender a aceptar esas heridas somos responsables y
volvemos a amar sin restricciones, esa es la llave de la transformación y sanación
del alma.
Analicemos,
pues si acuso a alguien de algo, otra persona me acusará a mí de lo mismo; analízalo
y te liberaras de juicios, cuantas veces sentimos vergüenza y atraemos circunstancias
que nos hagan sentir vergüenza, al aceptar ese comportamiento, no me juzgo,
aprendo de la experiencia que No es lo mismo.
Mientras
haya miedo, hay herida, por tanto hay juicio y está un bloqueo cuando se saca
del corazón o la mente hay sanación.
Existen
5 heridas muy comunes: El rechazo: que trae su máscara el retraimiento; el Abandono: cuya màscara es la Dependencia; la Humillación: que tiene por màscara el masoquismo
emocional y mental; la Traición: cuya màscara es
el Control y finalmente la Injusticia: que tiene por màscara la Rigidez.
Analizaremos
la Primera: EL RECHAZO: que trae su máscara el retraimiento, pues bien hay que
hacer la diferencia entre rechazo y abandono, por ejemplo la primera diría “No te quiero a mi lado”,
mientras que la otra seria “No puedo tenerte conmigo” La herida de rechazo es más
dolorosa y profunda, por ejemplo las personas muy delgadas son retraídas, poco
sociables, y sufren heridas básicas de rechazo.
Un
ejemplo básico son los bebes que No están programados y No son Bienvenidos,
sino que llegan por accidente, aquí se activa la herida para el inconsciente en
la relación con su Padre (no quiero traer al mundo a un hijo a sufrir). . Mientras que para el hijo es (mi
padre no quiere que yo nazca), entonces Me Retraigo, y como cuestiono el derecho a existir soy muy
delgado, los niños que construyen la màscara para quedarse son muy
imaginativos, que quieren pasar desapercibidos para que no los echen, de
cuerpos frágiles para ser sobreprotegidos
Estas
personas viven separadas de lo material y se preocupan de lo espiritual. Al ser
retraídos sienten que no tienen ningún valor y tienden ha hacer
perfeccionistas. “Cuanto más miedo tengo, más probabilidad hay de que algo se
materialice”
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