Ejercicios de relajación o autocontrol de la
impulsividad:
“COMO UN GLOBO”. Inspiramos muy lentamente, vamos dejando que
entre el aire por nuestros pulmones y nuestro abdomen (respiración
diafragmática). Éste último se va a ir convirtiendo en un globo que se va
hinchando a un ritmo lento, después vamos a ir dejando escapar el aire y
sintiendo como el globo se va desinflando poco a poco hasta quedar vacío.
“TORTUGA QUE SE
ESCONDE” (Relajación muscular progresiva).
Tumbados boca abajo, somos una tortuga que va a ir escondiendo su cabeza y
replegando sus patas, hasta que sólo se vea el caparazón. El niño debe
haber encogido y tensado los músculos de los brazos, piernas y cuello. A
continuación sale el sol y el animal vuelve a asomar muy despacio su cabeza, al
tiempo que va estirando las extremidades, dejándolas distendidas y relajadas.
“CARRERA DE
CARACOLES”. El adulto y el pequeño van a
competir en una carrera, como si fueran caracoles. Pero como es una prueba muy
especial, el ganador es el que llega el último, de manera que irán avanzando a
cámara lenta, ejercitándose en movimientos sumamente lentos, y en el
autocontrol de la impulsividad. Paradójicamente en esta ocasión aprenderá
que la recompensa llega cuando uno es capaz de enlentecer sus movimientos y ser
consciente de los músculos que hay que tensar en cada tramo.
“RETRANSMITIENDO LA
JUGADA”. Esta es una tarea basada en la
técnica de las auto instrucciones. Pretende modificar las verbalizaciones
internas que se da cuando realiza cualquier actividad, y sustituirlas por
mensajes más apropiados para lograr su éxito. El objetivo no es enseñar
al niño qué ha de pensar, sino cómo ha de hacerlo, aprender un modo
adecuado de resolver los fracasos, hacer frente a nuevas demandas y aumentar la
resistencia a la demora de las recompensas.
Se le explica que va a ir retransmitiendo en voz alta lo que vaya haciendo, y que tiene que lanzarse mensajes positivos, como si fuera su propio entrenador personal, tales como:
Se le explica que va a ir retransmitiendo en voz alta lo que vaya haciendo, y que tiene que lanzarse mensajes positivos, como si fuera su propio entrenador personal, tales como:
1. Pedir al niño que
coloree con Lápices de colores, sin
dejar espacios en blanco. Empezar este ejercicio con hojas de papel A4 e
ir aumentando el tamaño hasta medio pliego. Es posible que, la primera vez que
hace este ejercicio, el niño no pueda terminar el trabajo. Un adulto debe
supervisar esta actividad y debe alentar al niño a completar toda la hoja.
Es un ejercicio que debe hacerse cotidianamente, empezando dos veces por semana
y aumentando paulatinamente hasta hacerlo a diario.
2. Conseguir planchas
de corcho y un punzón (apropiado para niños, sin punta). Pedir al niño que
perfore toda la plancha, haciendo la mayor cantidad de huecos posible y lo más
próximos entre sí. Igual que en el ejercicio anterior puede empezar con
planchas pequeñas e ir aumentando el tamaño.
Cualquier actividad
que realice un niño con trastorno de hiperactividad con déficit atencional (HDA).
Los padres deben estimularlo a terminar lo que ha comenzado, inclusive pueden
premiar las conductas en las que demuestre constancia y concentración. No
se recomienda castigar al niño ni retarlo por distraerse.
Es importante que los
padres le den un ambiente de cariño y estabilidad, deben tener horarios y
cierta regularidad en las actividades como comer, dormir, ver televisión,
realizar tareas, etc. La hiperactividad con
déficit atencional es un trastorno que amerita un tratamiento profesional.
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